Tuesday, June 26, 2012

La lenta marcha de la TV de pago y el VoD


La televisión de pago y el vídeo bajo demanda crecen muy lentamente en España. A pesar del aumento del streaming y los videoclubes online y en la televisión conectada, las cifras de consumo son aún muy bajas.
La televisión de pago alcanzó a final de 2011 al 22,8% de los hogares, 4,4 millones de abonados, según los datos de la CMT. El gasto en televisión de pago creció un poco, hasta 39,6 euros mensuales, cuando se contrata sola. Cuando se empaqueta con otros servicios de telecomunicaciones, el gasto total bajó un poco respecto a 2010, hasta 54,5 euros de promedio, gracias a la rebaja de la telefonía fija y móvil. Más de un 20% de los hogares tienen la televisión de pago incluida en su paquete de telecomunicaciones.


El vídeo bajo demanda crece muy poco, a pesar del crecimiento de los portales y videoclubs que ofrecen series de televisión y cine para casi todas las pantallas. Sólo uno de cada diez hogares usan el pago por visión o pagan por vídeo bajo demanda, con un coste medio de 4,8 euros por hogar y mes.
La principal razón del escaso consumo de televisión y vídeo de pago es la gran oferta en abierto de la TDT. Pero también que es cara y con una oferta muy limitada por el control de las productoras y los distribuidores para proteger el negocio tradicional.
Con pocos estrenos y con una ventana de exhibición temporal todavía atada al lanzamiento en DVD, el vídeo bajo demanda pierde mucho atractivo.


El reparto del dividendo digital y la reducción de canales y múltiples propuesta por el gobierno, además de la reforma de la televisión pública y la privatización parcial de las autonómicas debería aprovecharse para revisar y planificar el modelo de televisión en industria audiovisual futuro y sostenible para todos -canales, productores y espectadores, pero los datos y las fechas se acumulan sin que nadie parezca dispuesto a sentarse a repensar un sector en pleno cambio y que por primera vez en la historia de la televisión ya no es un sistema independiente, sino parte del ecosistema y las plataformas conectadas.
Ni los diferentes integrantes del sector ni el gobierno parecen dispuestos a sentarse mientras en otros países se discute a fondo y con una perspectiva profesional y emprendedora la reingeniería de la industria audiovisual.
Como en otros sectores económicos, los oligopolios y las restricciones a los nuevos medios y ofertas, siguen siendo una característica del deficiente mercado audiovisual español.